Calpurnia

Dicen que después de leer un libro, tu visión del mundo se modifica un poco. No eres el mismo después de una lectura. Y parecerá ingenuo, pero creo que cada libro llega en el momento exacto para recibir esa experiencia que necesitas para enfrentar lo que vives en el momento.

No me agrada recomendar libros a los demás. Imponer ideas no es la manera para compartir lo que sabes, es mejor permitir que cada quién viva su experiencia a través de la lectura que por alguna razón o circunstancia llegó hasta sus manos.
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Más en los últimos días, se han acercado varias personas; sobre todos jóvenes, pidiendo mi recomendación sobre libros que podrían adquirir para leer. He estado renuente a contestar, por la razón que previamente he comentado. Pero también me di cuenta de la vorágine que ha causado el estreno del trailer de la película de 50 sombras de Grey, el ver que hay tantos menores de edad emocionados por la noticia, me recordó la problemática de que, demasiada información a tan corta edad ocasiona mucha confusión de ideas y a su vez malas decisiones en la forma de cómo deben manejarse en el mundo.
Quisiera aclarar que no estoy atacando el libro, en realidad pienso que es bastante “entretenido”, pero si opino que no es la lectura adecuada para adolescentes. Y eso es porque la temática central del libro es demasiado complicada para que comprendan el objetivo, mensaje, o como quieran llamarle, el sostener una relación sadomasoquista, al parecer de común acuerdo.

Algo que siempre he comentado tanto a mis colegas como a los padres de familia que han llegado a mi consulta, que en mi opinión, uno de los problemas a los que se enfrentan las nuevas generaciones es que existe demasiada información a la mano, tanta que es casi imposible para ellos procesarla correctamente y no pueden hacerlo porque en su mayoría es información que no es la correcta para su edad. Y si se suma a la falta de interés o capacidad del adulto a cargo, para auxiliarlos a comprender lo que les llega de información, pues esta problemática se convierte en asuntos serios. Asuntos que comúnmente se observan en la práctica terapéutica.

Es por eso, que retomando la idea del primer párrafo de este post. Toda lectura llega en el momento exacto. Joven que pueda estar leyéndome en este momento. NO TE ADELANTES, la vida a fin de cuentas sólo se vive si aprendes a hacerlo bien.

ENTONCES… ¿Qué voy a “recomendar”?… pues repito que no fue fácil para mi decidirme, pero creo yo que, aquí pesa más la idea de que si soy Psicoterapeuta, es porque me tomo en serio lo que pasa alrededor de mí. No puedo simplemente ignorar lo que afecta mi contexto social. Y más si me piden directamente que exprese mi opinión. Pero eso sí, aclaro que, no voy a recomendar nada que no haya leído, tampoco voy a tratar de convencer para que lean el libro, sólo me enfocaré en mi experiencia personal después de que leí el libro. Sabiendo esto, y si deciden por cuenta propia adquirir la lectura, adelante. Espero de todo corazón que la experiencia para ustedes sea la necesaria para la edad que tienen.

PERO BUENO… a continuación; “LA EVOLUCIÓN DE CALPURNIA TATE”.

«Algún día iba a tener todos los libros del mundo, estantes y estantes llenos. Viviría en una torre hecha de libros; me pasaría el día leyendo y comiendo melocotones. Y si algún caballero con armadura se atrevía a acercarse en su blanco corcel y a rogarme que le lanzara mi trenza, lo acribillaría con huesos de melocotón hasta que se marchara».

Historia escrita por Jacqueline Kelly (2009). El personaje principal se llama Calpurnia V. Tate y a sus doce años empieza a rebelarse ante las ideas que le quieren sembrar en la cabeza por el hecho de ser la única mujer en una familia típica de Texas. El año en que se sitúa la historia es el de 1899, época en la que apenas estaban apareciendo los primeros vestigios de tecnología que en la actualidad es de uso común.

Callie (cómo le gusta que le llamen) se rehúsa a ser una señorita; odia sus lecciones de piano, las clases de costura y tener que esforzarse en la escuela para sacar un sobresaliente en “postura”. Así que aprovechando la “distracción” de su madre por el intenso calor del verano, comienza a aventurarse en su entrenamiento para convertirse en “naturalista”, influenciada principalmente por su abuelo y su reciente lectura de “El origen de las especies” de Charles Darwin. Durante la trama, aprende que existe un mundo extraordinario dónde la naturaleza es protagonista. Por lo que el conflicto principal al cuál se enfrenta, es el de si continuar para convertirse en una verdadera científica o hacerle caso a su familia y alinearse en el rol de “señorita”.
Ampliemos un poco el contexto de la trama; una ciudad Texana de principios de siglo, en dónde la sociedad pese a que ya recibieron la llegada del teléfono, los primeros automóviles y la Coca Cola, aún no concibe que la Ciencia sea importante para las mujeres.

Se conoce cómo fue en pleno la revolución científica en el mundo y cómo este comenzó a cambiar en todos los sentidos. Calpurnia viene siendo la voz de todas esas niñas singulares (y que si existieron en la vida real) que se esforzaron para alejarse de los cánones de la sociedad, y si no hubiese sido por ellas; actualmente no podríamos disfrutar de la libertad para estudiar y desarrollarnos en todos los ámbitos.

El libro es ameno, la personalidad de Calpurnia es la de una persona curiosa, hambrienta de conocimiento pero con la facilidad de demostrar su inocencia y cariño hacia los suyos, que provoca seguir atenta a la lectura. Y en lo personal; el personaje del abuelo es digno de ponerle atención. Un anciano veterano de guerra, patriarca de una familia en dónde la mayoría son varones y miembro fundador de la National Geographic, y que pone todo su empeño en enseñarle a su única nieta las vastas opciones para regir su vida, pues bueno; es impresionante.

En una escena del libro, Calpurnia llega a la conclusión de que es asombroso lo que uno puede ver cuando se sienta mirar. Lo que me recuerda una anécdota; cuando recién empecé a usar lentes no podía acostumbrarme a ellos, lloraba y estaba de mal humor (tendría unos 9 años aproximadamente), mi papá, harto de mis berrinches me dijo, “pues si no puedes ver bien, aprende a mirar”. Y pues, comencé a hacerlo. Lo que creo yo fue el principio para estimular mi propia curiosidad científica, porqué ese “mirar” lo convertí en “observar” y fue el parteaguas para ser actualmente Psicoterapeuta.

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